14 de enero de 2024

Sandro Botticelli, biografía



Sandro Botticelli nació en Florencia, probablemente en 1444, con el nombre de Alessandro di Mariano Filipepi. Su padre, próspero curtidor, accedió a los deseos de Sandro y le puso como aprendiz junto a su hermano mayor, un joyero apodado «Botticello» (Barrilito). 

Sandro se vio asociado a este mismo nombre y, un año más tarde, hacia 1460, se convirtió en alumno de Fra Filippo Lippi. Trabajó con Lippi durante cinco años, ayudándole a pintar los frescos de la catedral de Prato, cerca de Florencia. En el año 1469, trabajó con Antonio y Piero Pollaiuolo, quienes, junto con Verrocchio y Leonardo, ejercieron una gran influencia sobre Botticelli. De los hermanos Pollaiuolo, Sandro aprendió a expresar las actitudes humanas por medio de un dibujo preciso.

"El nacimiento de Venus" (1484-1486): Esta obra maestra es quizás la más emblemática de Botticelli. Representa a la diosa Venus emergiendo de las aguas en una concha, rodeada de seres celestiales y vientos que la escoltan hacia la orilla. La gracia y la serenidad de Venus, combinadas con la exquisita atención al detalle, hacen de esta pintura una joya del arte renacentista.
En 1469, Lorenzo de Médicis llegó a Magistrado Supremo de Florencia; su generosidad atrajo a pintores y escultores de toda Italia, y Florencia se convirtió en centro del movimiento renacentista. 
Botticelli consiguió la protección de Lorenzo y pintó retratos de la madre de Lorenzo y de otros Médicis, adquiriendo así fama como retratista. En 1470, Botticelli abrió su propio taller y pintó Fortaleza, una de las «Siete virtudes», como decorado para el Gremio florentino de Comerciantes.

En 1474, contrató al hijo de Fra Filippo Lippi, Filippino, como aprendiz, y los dos juntos completaron el San Sebastián para una iglesia florentina. En 1480 y siguientes, pintó frescos en la Capilla Sixtina e ilustró La Divina Comedia de Dante, para Pierfrancesco, el mismo cliente que le encargó El nacimiento de Venus. La muerte de Lorenzo, en 1492, se- guida de la caída de los Médicis dos años más tarde, produjo una crisis moral en Botticelli. Su melancolía poética se convirtió en profundo fervor religioso bajo la influencia del fanático reformista Savonarola, que predicaba contra el paganismo de los Médicis. Después de la ejecución de Savonarola, en 1498, las pinturas de Botticelli mostraron una apacible severidad. Siguió un período de relativa inactividad, el cual se prolongó hasta su muerte, en 1510.

Botticelli vivió y pintó en la Florencia del siglo xv, bajo el patrocinio y la actividad intelectual de los Médicis. Lorenzo y Giuliano de Médicis fueron unos entusiastas de la cultura griega y de la filosofía neoplatónica, tendencias que Botticelli adaptó y refinó en una nueva imagen. Mediante el uso de un estilo de línea extremadamente sensible, rico color y sutil modelado, y con su genio para el dibujo decorativo, Botticelli creó obras maestras. 

Botticelli consideraba que la pintura debía dedicarse a sus propias investigaciones, dominadas por la visión personal del artista. Su énfasis estaba en lo amable y lo lírico, y adquirió fama como uno de los artistas más poéticos de todos los tiempos. 

Los ritmos ondulatorios, en su tratamiento lineal característico de las formas, fueron su manera de relacionar la cultura de los humanistas, recién surgida, con el antiguo énfasis sobre la fe religiosa, que había prevalecido durante la Edad Media. Incluso las Madonnas de Botticelli rompieron los moldes convencionales, y sus rostros adquirieron una expresión etérea, pensativa, lánguida y, en cierto modo, melancólica. 

El nacimiento de Venus fue pintado hacia 1486, como decorado para la casa de campo de un primo de Lorenzo de Médicis. Pieza gemela de otra famosa pintura de Botticelli, La Primavera, El nacimiento de Venus fue inspirado por un poema de Poliziano, el poeta favorito de la corte de los Médicis. El poema en sí se basa en una leyenda de las mitologías griega y romana: Venus, diosa del amor, nació de la espuma de las olas frente a las costas de Fenicia, para ser después transportada a Chipre en una concha. 

En la versión de Botticelli, Venus es mostrada en el tradicional ademán de modestia; en el ángulo superior izquierdo del cuadro, los padres de Venus, Júpiter y Dione, le insuflan la vida. Esta soberbia obra maestra, pintada según la antigua tradición del temple (antes de que la utilización de los colores al óleo se divulgara), puede situarse en el umbral del Renacimiento.

Principales Obras de Sandro Botticelli

Sandro Botticelli, el maestro renacentista italiano del siglo XV, dejó un legado artístico que ha perdurado a lo largo de los siglos. Sus obras, impregnadas de gracia y elegancia, capturan la esencia del Renacimiento, marcando un período de transición entre la Edad Media y la modernidad. Aquí, exploramos algunas de sus principales creaciones y ofrecemos una breve descripción de su incomparable arte.

1. "El nacimiento de Venus" (1484-1486):

   Esta obra maestra es quizás la más emblemática de Botticelli. Representa a la diosa Venus emergiendo de las aguas en una concha, rodeada de seres celestiales y vientos que la escoltan hacia la orilla. La gracia y la serenidad de Venus, combinadas con la exquisita atención al detalle, hacen de esta pintura una joya del arte renacentista.

2. "La Primavera" (c. 1482):

   Otra de sus piezas icónicas, "La Primavera", es un triunfo de la armonía y la simetría. La obra representa un jardín mitológico, poblado por figuras alegóricas de la primavera. La delicadeza de las flores, la elegancia de las figuras y la narrativa mitológica entrelazada crean una composición artística rica en significado y belleza.

3. "La Adoración de los Magos" (1475):

   Botticelli aborda la historia bíblica de la Adoración de los Magos con una perspectiva única. En lugar de centrarse en la majestuosidad del evento, destaca la humanidad de los personajes y la conexión emocional entre ellos. La obra revela la habilidad de Botticelli para plasmar la expresión y la psicología de sus personajes.

4. "Madonna del Magnificat" (c. 1483):

   Esta pintura de la Virgen con el Niño es un ejemplo impresionante de la habilidad de Botticelli para combinar lo sagrado con lo humano. La Madre y el Niño están rodeados por ángeles que celebran, creando una escena celestial y poética. La meticulosa atención a los detalles, desde los pliegues de la ropa hasta los delicados rostros, evidencia la maestría técnica del artista.

5. "Retrato de una Dama" (c. 1480):

   Botticelli no solo se destacó en escenas mitológicas y religiosas, sino también en retratos. "Retrato de una Dama" es un ejemplo magnífico de su capacidad para capturar la belleza individual y la personalidad en un retrato. La mujer en la pintura, con su mirada directa y expresión serena, refleja la sensibilidad artística única de Botticelli.

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