13 de abril de 2015
En
Colombia, se institucionalizo el “Día
Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas”, recordando el
asesinato en pleno centro de Bogotá del
político liberal Jorge Eliécer Gaitán.
Para ello, se programaron diversas
actividades de movilización y sensibilización de los colombianos para promover
espacios de expresión y reflexión frente al tema de la construcción de la memoria histórica y la convivencia
colectiva. Recordemos como desde ese día en 1948, a partir de las ruinas y
los muertos del Bogotazo, comienza
la construcción de la modernidad en Colombia. Por ejemplo, la reconstrucción de
la ciudad es la posibilidad de resaltar el
trabajo de arquitectos y urbanistas modernos como Germán Samper, Le Corbusier, Rogelio Salmona, Fernando
Martínez Sanabria,
y Guillermo Bermúdez quienes abren un
espacio inédito y de calidad a la
arquitectura colombiana.
Esta
apertura tiene un momento interesante
entre 1960 y 1964, cuando la violencia
política pasó a ser, el “tema” del arte moderno colombiano.
En el año de 1962 se publica el libro “La violencia en Colombia. Estudio de un proceso
social”, de Orlando F. Borda, Germán Guzmán Campos y Eduardo Umaña Luna que
es considerado el primer trabajo riguroso sobre los procesos de la violencia en
el país. El espacio donde se visualiza esta nueva pintura fue el Salón Nacional de Artistas.
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“Los obispos muertos" 1958, Una pintura del artista colombiano Fernando Botero El cuadro de encuentra en el Museo Nacional, Bogotá Colombia |
Fernando
Botero ganó en 1958 con “Los obispos
muertos”, una pintura que incorpora una montaña de obispos acicalados y apilados, con los ojos cerrados, a medio
camino entre el sueño y la muerte. Luego,
Alejandro Obregón ganó el
Salón Nacional en 1962, con “Violencia”,
una pintura icónica en el arte
colombiano, un cuadro que fue definido
por Marta Traba como “absolutamente gris, absolutamente sordo,
absolutamente silencioso”. y que representa a una mujer embarazada y
abaleada, acostada en el horizonte, fusionándose con el paisaje de las
cordilleras.
Entre
1963 y 1964, esta reflexión llevaría
a una serie de trabajos como los de Carlos Granada y sus dibujos sobre la violencia y que en 1964, recibió el premio del
Salón Nacional con la pintura Solo con su muerte. Por su parte, Luis Ángel Rengifo hizo
la serie Violencia (1964), una serie
de trece grabados que nos recuerda las
desgarradoras formas de matar puestas en práctica por los actores del
conflicto. Pero hay otros pintores que se radicalizan
en sus propuestas como Pedro Alcántara,
Augusto Rendón y Alfonso Quijano, más tarde, en los años
setenta, Clemencia Lucena y el Taller 4 Rojo. Con ellos la violencia
como tema y como gesto testimonial,
gana un lugar en el arte colombiano.
Por Miguel de León
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