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5 de abril de 2011

EL arte Románica



En las paredes de la iglesia de Sant, Angelo in Formis (Italia)  banquete en casa de Simon

EL ARTE ROMÁNICO

La pintura románica, al igual que la escultura y otras artes figurativas, participaba de las características formales de la arquitectura, y no podía concebirse sin ella.  La iglesia como espacio y como símbolo era el lugar donde se reunían y ordenaban las manifestaciones artísticas

Las narrationes son largas historias que cubren las paredes de las iglesias.  En la italiana iglesia de San Angelo in Formis se puede contemplar esta Curacion de ciego de nacimiento, del siglo XI.

 Las iglesias, tanto las parroquias rurales, como las grandes catedrales urbanas, llenas de ornamentos y decoraciones, se convirtieron en un símbolo de esa sociedad que sofocaba lo humano a través de lo divino.

En las paredes de la iglesia de Sant, Angelo in Formis (Italia)  la Ultima Cena

El poder temporal emanaba de Dios. Los señores, reyes y emperadores creían ejercer su poder por mandato divino dentro de una sociedad tremendamente jerarquizada. Una jerarquización que se traslada al interior del templo, donde cada imagen tenía su lugar.
Los hombres románicos estructuraron sus templos a semejanza del cuerpo humano: el presbiterio y ábside representaban la cabeza, el crucero los brazos y las naves, el tronco y las piernas. Después llenaron todas las superficies de formas y colores que transmitían mensajes al espectador que se acercaba a ellas.

En las paredes de la iglesia de Sant, Angelo in Formis (Italia) el Juicio Final

La técnica, la estética y la iconografía de la pintura románica se erigieron sobre las tradiciones del pasado paleocristiano y prerrománico, que se fundieron con concepciones bizantinas contemporáneas, también de carácter docente. El embellecimiento y la docencia de las pinturas románicas fue una herencia de las basílicas paleocristianas de los siglos IV, y V VI; la estética y la temática se inspiraron constantemente en los códices y miniaturas prerrománicas, sobre todo de los beatos mozárabes y las Biblias carolingias y otononianas.

Fresco de la ermita de santa Cruz de Maderuelo (Segovia, España) con Adan y Eva en el Paraiso.

La iconografía se basó en la estética bizantina, gracias a la difusión que tuvo por toda Europa a principios del siglo IX la Hermeneia, una especie de catecismo que indicaba cómo y dónde se debían representar los diferentes temas.

 Fresco mural de la iglesia Saint Savin sur Gartempe.



El arte en la pintura mural Románica



Ejemplo de abside decorado con brillantes colores de la basilica de San Anastasio del castillo de San Elia di Nepi. 

LA PINTURA MURAL ROMÁNICA

El concepto de arte en el Románico partía de la tradición tardorromana que consideraba al arte, al igual que la ciencia, como una forma de conocimiento.



Escenas del Éxodo, procedentes de la Biblia del Panteón (Roma). Los códices y beatos sirvieron de inspiración a las pinturas murales.

Superadas las tendencias iconoclastas de los primeros tiempos del cristianismo, las imágenes de lo divino no fueron vistas como algo engañoso, sino como un medio necesario para adoctrinar al pueblo que no sabía leer.



En esta página del Evangelario de Otón 111, del siglo x, puede apreciarse la característica pintura plana medieval sin ningún tipo de profundidad.

El hombre del románico comenzó a llenar la arquitectura religiosa de esculturas y pinturas que recordaban a los fieles las ejemplares vidas de los siervos de Dios, invitándoles a imitarlas. Pero la función del arte no era exclusivamente la docencia.



Abside de San Clemente de Taul con la corte celestial que acompaña a Dios.