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En Brasil Aplauden a un Visionario: Hugo Fernando Cabrera Ochoa y el Arte de la Transformación Humana |
Hacia un Nuevo Humanismo con La Visión de Hugo Fernando Cabrera Ochoa Reconocida por la FIBAC en Brasil
El poder de una la palabra de Hugo Fernando Cabrera Ochoa
São Paulo, Brasil – 8 de Junio 2025 – La luz dorada del atardecer paulista bañó el auditorio donde Hugo Fernando Cabrera Ochoa recibió el homenaje del Festival Iberoamericano de Arte y Cultura (FIBAC). No es solo el reconocimiento a un hombre, es el homenaje a una idea: la palabra como acto de resistencia, la educación como arte performático que esculpe almas. Brasil, tierra de sincretismos, supo ver en este colombiano —nacido entre las montañas de Gigante Huila— a un alquimista moderno que transforma el conocimiento en ética, y la literatura en un espejo que devuelve a la sociedad su rostro más humano.
El Arte de Educar:
Una Coreografía de Valores
Cabrera Ochoa no enseña; coreografía. Sus aulas son espacios
donde la hermenéutica, la mayéutica y la dialéctica no son meros conceptos,
sino movimientos de un baile intelectual. En su ecuación H + M + D = I
(Hermenéutica + Mayéutica + Dialéctica = Innovación), hay una poesía oculta: el
pensamiento como danza, donde cada paso cuestiona, cada giro descubre. Su
pedagogía no es vertical, sino concéntrica, como las ondas que un verso produce
en el agua.
El director de la FIBAC, Sayder SDR, lo definió como un
"forjador de ciudadanía". Pero ¿qué significa eso en un mundo
hiperconectado y a la vez deshumanizado? Significa que Cabrera Ochoa no entrega
respuestas; siembra preguntas. En sus clases universitarias y columnas de
opinión, no son diatribas, son pinceladas de un mural inmenso: el de la
conciencia colectiva.
Literatura como
Territorio de lo Humano
Sus recientes novelas, El Lavaperros (2023) y Los Sueños de
un Médium (2025), no son ficciones escapistas, sino espejos deformantes que
exigen al lector mirarse. En ellas, los personajes no son héroes, sino
fracturas: seres que buscan recomponerse en un mundo donde los valores son
moneda de cambio. ¿Acaso no es eso el arte mayor? Mostrar las grietas para que
la luz entre.
Hay algo de García Márquez en su prosa, pero no en el
realismo mágico, sino en la manera en que lo cotidiano se vuelve mito. Un
lavaperros no es solo un oficio; es una metáfora de la dignidad en lo marginal.
Un médium no es un fantasma; es la voz de lo que callamos, pero que nos hace
reflexionar.
La Columna de Opinión
como Arte Efímero
En una era de titulares fugaces, sus columnas son miniaturas
filosóficas. No escribió sobre política; escribió sobre personas. No analizó
mercados; diseccionó moralidades. Su fórmula F + E + M = A (Formación +
Enseñanza + Motivación = Aprendizaje) revela su credo: educar es un acto de
amor, no de transmisión.
¿Por qué Brasil lo celebra? Porque en un continente donde la
educación suele ser instrumentalizada, él la convirtió en arte. Porque en tiempos
de posverdad, sus palabras son brújulas.
El Legado: Un
Humanismo en Tres Dimensiones
1. El Aula como Taller del Alma: Donde otros ven
estudiantes, él ve lienzos en blanco.
2. La Palabra como Acto Político: Sus textos no informan;
interrogan.
3. La Literatura como Memoria Futura: Sus novelas no son
libros, son semillas.
Hugo Fernando Cabrera Ochoa es un educador y un escritor, es
un poeta de la acción, un escultor de conciencias. Y este homenaje en Brasil es
un verso más en el poema que sigue escribiendo. El creador ha sido objeto de
otros reconocimientos, destaca:
* 2018 - Reconocimiento, Universidad Nacional Abierta a
Distancia UNAD, Neiva - Huila, Colombia.
* 2018 - Reconocimiento, Corporación Universitaria UNIMINUTO,
Neiva Huila, - Colombia.
* 2019 - Reconocimiento, Corporación Universitaria UNIMINUTO,
Neiva - Huila, Colombia.
* 2016 - Reconocimiento, Corporación Universitaria del Huila,
Neiva - Huila, Colombia.
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Sembrador de Preguntas, Cosechador de Conciencias: El Impacto de Hugo Fernando Cabrera |
Reconocimiento a Hugo Fernando Cabrera Ochoa "Transformador de Conciencias"
El merecido homenaje que Brasil ha brindado a Hugo Fernando
Cabrera Ochoa a través del Festival Iberoamericano de Arte y Cultura (FIBAC) es
un aplauso a su trayectoria, y un reconocimiento a su visión de mundo.
Con su labor inspiradora, la educación trasciende las aulas
para convertirse en semilla de ciudadanía ética, donde la literatura interpela
antes que entretener, y donde cada palabra escrita o pronunciada es un acto de
fe en la humanidad.
En tiempos donde el ruido mediático opaca las esencias, su faceta
—como columnista, novelista y pedagogo— se erige como luz motivacional para
quienes creemos que otro mundo es posible, uno construido desde los valores, la
conciencia ambiental y la paz.
Que este reconocimiento internacional, lejos de ser un punto
final, sea el impulso para que siga moldeando líderes con esa rara mezcla de
rigor intelectual y calidez humana que lo caracteriza. El planeta, urgido de
referentes auténticos, necesita más alquimistas como Hugo Fernando Cabrera
Ochoa, un creador humanista con capacidad de convertir el conocimiento en
acción y la crítica en esperanza. ¡Felicidades, maestro! Que su poética
transformadora siga escribiendo versos en las conciencias de Iberoamérica.