Un Pacto de Pertenencia en el Desierto en el Arte de Rosa Isela Lopez
Rosa Isela López Valenzuela: El Color que Arraiga en "Semillas de Armonía"
El arte, en su expresión más pura, es un acto de memoria. Es la hebra que une el pasado con el presente, asegurando que los rituales y saberes ancestrales no se conviertan en eco perdido en el tiempo. Dentro del gran tejido cultural que propone la exposición “SEMILLAS DE ARMONÍA 2025 – El color que nos une”, la obra de la artista mexicana Rosa Isela López Valenzuela se despliega como una escena vital, un instante capturado que narra la historia de una herencia.
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Rosa Isela López Valenzuela, -Raíces-, acrílico sobre papel, 45X30 cm., 2025, México |
Su pintura, titulada con la elocuente palabra “-Raíces-”, es
una de las piezas centrales de este viaje artístico que unirá a creadores de
diversas latitudes. La obra, un acrílico sobre papel, nos transporta a un
paisaje de Sonora donde el tiempo parece tener dos ritmos: el pausado de los
mayores y el enérgico de la infancia. Es una composición que celebra el ciclo
de la vida y la transmisión del legado cultural como el más fundamental de los
actos.
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Detalle de la obra-Raíces- de la pintora sonorense Rosa Isela López |
La escena se divide en dos mundos que se observan en
silencio. A la izquierda, un niño se yergue con la solemnidad de un danzante.
Ataviado con los elementos de la Danza del Venado, sujeta una sonaja y lleva
sobre su cabeza la testa de un ciervo adornada con flores. Su mirada, directa y
profunda, se clava en el espectador, haciéndolo partícipe del ritual. Él es el
presente y el futuro, la encarnación de una tradición que corre por sus venas
con la fuerza de la juventud.
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Detalle de la obra -Raíces- de la pintora sonorense Rosa Isela López |
A la derecha, sentados en el suelo, cuatro ancianos preparan
alimentos sobre el fuego. Sus rostros, surcados por el tiempo, reflejan una
sabiduría serena. Son los guardianes de la memoria, el ancla que conecta al
niño con la tierra y con la historia de su pueblo. Aunque no hay un cruce de
miradas directo entre el niño y los abuelos, el vínculo es innegable. Ellos son
el origen de su danza; él es la razón por la que sus tradiciones perduran.
El paisaje que los envuelve es un personaje más. Los
saguaros se elevan como centinelas del desierto, y al fondo, una montaña teñida
de violeta custodia la escena bajo un cielo que se debate entre el atardecer y
el amanecer. La paleta de colores de López Valenzuela es cálida y terrenal,
pero salpicada de los tonos intensos de la vestimenta, creando un equilibrio
visual que refleja la armonía entre el hombre y su entorno. La obra nos
recuerda que nuestras raíces no solo están en la familia, sino también en el
paisaje que habitamos.
En el contexto de "Semillas de Armonía",
"-Raíces-" adquiere una resonancia especial. La exposición busca el
"color que nos une", y esta pintura nos muestra que uno de esos
colores es el de la tradición compartida. La obra es una semilla de identidad
que, al viajar por Colombia, Perú, su natal México, Brasil y Argentina, contará
una historia universal: la de la importancia de escuchar a nuestros mayores
para saber quiénes somos y hacia dónde vamos.
Reseña biográfica de Rosa Isela López Valenzuela, nacida en Navojoa, Sonora, México. Originaria de
El Rodeo Etchojoa. Licenciada en Educación Preescolar egresada del CREN, desde
pequeña soñó con ser Educadora. Durante su niñez conoció maestros que le
enseñaron a colorear y pintar, así nació un profundo cariño por el arte. Su
vida gira en torno a su familia, por amor a ella dejo de ejercer su profesión.
Es simpática y soñadora, enamorada de los colores, apasionada por la música,
son su refugio en los días buenos y los no tan buenos. El magenta es su color
favorito combinado con una linda canción. Dejar su profesión despertó
inquietudes e ilusiones. Es autodidacta. 2022, fundadora del Club "Jiapsi Alheyya" que significa
Corazón alegre en el dialecto yoreme mayo. Ha participado en exposiciones
colectivas con artistas de la región, exposiciones con los niños del Club.
Actualmente es directora e instructora en el club de arte en donde trabaja
voluntariamente junto a otros maestros, familia y amigos enseñando a niños,
adolescentes y jóvenes de su comunidad y alrededores. En 2025 recibió el premio
municipal de la mujer en donde se le reconoce por su trabajo y fomento a la
cultura.