20 de febrero de 2011

El Arte Micénico




La puerta de los Leones, Micenas, s. XIV a.C. Las dos leonas, esculpidas simétricamente en la losa que rellena el hueco del triángulo, aligeran el peso del muro.

EL ARTE MICÉNICO

LA CIUDAD-FORTALEZA

En el centro del Peloponeso se encuentran las ruinas de la antigua ciudad-fortaleza de Micenas.  Las piedras con las que fue construida son tan grandes que parecen obra de Cíclopes, gigantes de los que deriva el adjetivo «ciclópeo», que significa «grande» o «superior a la capacidad humana».

Los habitantes de Micenas construyeron murallas tan gigantescas, en primer lugar, para defenderse, ya que su posición en el territorio era estratégicamente vulnerable; en segundo lugar, porque los micénicos eran guerreros y querían demostrarlo a través de todas las manifestaciones visuales, sobre todo de la arquitectura.

La entrada de la tumba de túmulo conocida como Tesoro de Atreo.

Los habitantes de Micenas, Argos, Tirinto y Pilas eran los aqueos, o argivos, o danaos, vencedores de la guerra de Troya honrados por Homero en La Ilíada y en La Odisea.  De raíz indoeuropea, toscos e incultos aunque belicosos y fuertes, los micénicos conquistaron fácilmente Creta, la isla feliz, y adoptaron todas sus manifestaciones culturales y artísticas.








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