El Cubismo Analítico en la Figura Humana
Entre Poliedros y Facetas: El Fascinante Universo
del Cubismo Analítico"
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Jacques Lipchitz y su mujer (1917, óleo sobre lienzo. 81 x 54 cm, Instituto de Arte, Chicago.
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"Pablo Picasso, Georges Braque y Juan Gris: Pioneros
que Desafiaron las Formas y Perspectivas"
Sumérgete en el cautivador viaje del Cubismo Analítico,
una fase precursora del cubismo que floreció entre 1907 y 1914. En este
vibrante movimiento, maestros como Pablo Picasso, Georges Braque y Juan Gris dieron
vida a una revolución artística que desafió las convenciones visuales de su
época.
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Este estilo singular se distingue por su habilidad para
descomponer objetos, recreándolos con un equilibrio estructural que invita a
contemplarlos desde múltiples perspectivas. La paleta de colores, con sus tonos
apagados y oscuros que danzan entre grises, verdes, azules y ocres, añade una
dimensión única a la experiencia visual.
En la obra emblemática de Picasso, "Casas de
Horta" (1909), el genio artístico se despliega al representar una serie de
casas bajo la forma de poliedros exquisitamente definidos, fusionando
tonalidades de ocres, grises y verdes suaves en una danza visual.
Por otro
lado, en la obra maestra de Georges Braque, "Mujer con mandolina" (1910),
la figura y el fondo cobran vida a través de una sucesión de líneas
horizontales y verticales, creando planos entrelazados con maestría.
El Cubismo Analítico no solo descompone la realidad, sino
que la reconstruye a través del análisis estructural de las formas y el juego
magistral de facetas. Esta corriente artística invita a los espectadores a
participar activamente en la reinterpretación visual, proporcionando una
experiencia que va más allá de la mera observación.
Así, entre poliedros y facetas, el Cubismo Analítico se
erige como un homenaje al ingenio de Picasso, Braque y Gris, quienes, a través
de sus pinceles, exploraron las profundidades de la percepción humana y la
esencia misma de la realidad.
En ese orden de ideas, pertenecen al Cubismo analítico las obras que realizan Braque y Picasso de 1910 a 1912, mostrando un estilo austero y anti-ilusionista que se tradujo en el nuevo tratamiento que recibieron la forma y el color.
Si la preocupación de los impresionistas era entregarse a la visión fugaz de la naturaleza, los cubistas buscaban la visión que quedaba en el conocimiento.
El Cubismo persiguió la unidad y el equilibrio estructural en el cuadro, considerado ahora un espacio autónomo en el que se ordenaban las figuras y objetos para lograr una nueva forma de permanencia y así ofrecer la imagen verdadera de los objetos, Braque había afirmado que solo la razón podía ofrecer un arte distinto y certero.
El concepto de «análisis» en lógica implica un método que posibilita la diferenciación de conceptos. El proceso analítico del cubismo les lleva a descomponer las formas en todos sus puntos de vista posibles.
Mediante la técnica del facetado fragmentan las formas, que van ocupando todo el lienzo, y la luz ilumina por separado cada faceta geométrica, lo que contribuye a dar un aspecto caótico a las obras.
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La argelino Almaisa (1917, óleo sobre lienzo, 55 x 30 cm, Museo Ludwig, Colonia), |
De la misma manera que la forma se vinculó al análisis, el color se asoció a la austeridad y severidad. Las gamas que predominan, grises pardos, sienas y azul oscuro, son un manifiesto contra la sensualidad cromática del Impresionismo, Postimpresionismo y Fauvismo, Renunciando al cromatismo querían huir del engañoso mundo y refugiarse en el universo de la forma.
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